Rosas azules - historia y significado

Una de las flores más apreciadas que existen en nuestro planeta son las rosas. La pasión que se siente por esta flor ha llevado a que se quiera poder obtener rosas de todos los colores posibles. Os queremos contar la historia de las preciosas rosas azules. ¿Habéis tenido alguna vez una en vuestras manos?

Cómo han aparecido las rosas azules

Se conocen muchísimas variedades de rosas, la verdad es que las podemos encontrar en prácticamente todos los colores: rojas, rosas, blancas, amarillas y azules. Este último color es uno de los más buscados y no hace mucho tiempo que está entre nosotros. 🙂

Las preciosas rosas azules han aparecido en nuestras vidas gracias a la ingeniería genética. Este color de rosas no existía anteriormente, fue en los primeros años del siglo XXI cuando se consiguieron crear las rosas azules.

Conseguir rosas azules de forma natural es muy complicado, esto hace que se conviertan en unas flores muy deseadas y especiales. ¿Queréis saber cómo las han conseguido crear? Os lo contamos. La forma en la que se consiguieron las rosas azules fue a través de la biotecnología genética. Esto lo que nos quiere decir es que se manipularon sus genes.

Se crearon porque los consumidores empezaron a demandar de forma masiva rosas azules. Son unas flores muy peculiares que atraen a muchísima gente. ¿Sois de los que las amáis o las odiáis?

Buscando conseguir las rosas de este color se vio que el pigmento que aporta el color azul a los vegetales es la delfinidina. A partir de este descubrimiento se empezó a probar, primero en claveles y luego en rosas. Este proceso acabó siendo un éxito y en 2004 se presentaron las primeras modificadas genéticamente. Después de esto, se empezaron a vender y se acabaron consiguiendo rosas azules preservadas.

En Colvin nos fascinan las rosas y hemos visto que las rosas azules crean un gran debate a su alrededor. ¿Preferís las rosas clásicas o las rosas azules? Las azules son muy llamativas y románticas pero es que las de colores clásicos nos tienen robado el corazón también, ¡no nos decidimos!